Todo empezó cuando una amiga, Macarena, me animó a apuntarme en un curso sobre la elaboración y decoración de cupcakes. La verdad, nunca había oído hablar del tema y cuando vi lo que era, me enamoraron.
Yo estudié cocina y estuve algunos años trabajando en restaurantes. Para ser sincera terminé bastante quemada de los horarios y del machismo que, aunque no lo parezca, existe en hostelería. Me animé a hacer el curso, ya que me encanta la repostería, y me enganchó. Después de esto, hice otro curso de tartas con fondant y desde entonces estoy deseando que haya un cumpleaños, una fiesta o cualquier otra excusa, para experimentar y hacer tartas o cupcakes.
Al principio las hacía para probar en casa y la verdad que todos los días no se puede estar comiendo magdalenas; pero es que son tan bonitas y están tan ricas, que mi marido y yo no nos podemos resistir si las tenemos delante.
Luego nos fuimos animando, y ahora nos gustaría dedicarnos a la repostería. Me encanta la cara de la gente cuando ven lo "cuquis" que son y las prueban y les gustan. También me chifla experimentar con los colores, no se pueden imaginar la cara de satisfacción y la emoción que tenía cuando usé mis colorantes con una buttercream por primera vez.
Para los que no sepan nada sobre el mundo de las cupcakes, les voy a hacer un pequeño esquema de lo que es:
Esquema de una cupcake |
Magdalena: es la base del dulce, aunque la masa está más trabajada que la tradicional. Se puede rellenar con trozos de fruta, mermelada de sabores, trocitos de chocolate o lo que admita tu paladar.
Frosting: es todo tipo de decoración comestible, que se le pone a la magdalena después de horneada: fondant, buttercream, canela, frutas, azúcar glass, y todo lo que te permita tu imaginación.
Fondant: pasta de azúcar (manejable como la plastilina) para decorar como quieras, también se utiliza para forrar las tartas.
Buttercream: para los que no sepan inglés, crema de mantequilla. Se pueden añadir sabores y colores al gusto.
¡¡¡BÁSICAMENTE, ESTO ES UNA CUPCAKE!!!